martes, 31 de mayo de 2016

Car Seat Headrest - Teens of Denial (2016)

"This isn't sex, I don't think, it's just extreme empathy 
She's not my ex, we never met, but do you still think of me?"


Teens of Denial es el décimo tercer disco de la banda de Virginia Car Seat Headrest, esta banda inició el 2010 como un proyecto en solitario de Will Toledo, el cual lanzó 11 discos por internet que poco a poco llamó la atención tanto de los productores como de la prensa especializada, luego firmaron con Matador Records y lanzaron el disco Teens of Style el 2015, que es un recopilado de sus discos anteriores.
Este año está de regreso con un nuevo material que musicalmente es heredero del underground estadounidense de los años 80’s 90’s: Yo La Tengo, Sonic Youth, The Breeders, Weezer, Wilco, y sobre todo Pavement; es decir estamos ante un disco rockero, lleno de distorsiones de guitarras, ritmos cambiantes, riffs potentes y cargado de emociones fuertes, ósea un disco que tiene el espíritu de la vieja escuela; en este álbum podemos sentir que el trabajo de Toledo ha evolucionado poco a poco, que todo ese tiempo en la cual se la pasó grabando discos en forma artesanal ha sido toda experiencia que le sirvió para encontrar su propio sonido, luego; gracias a Matador Records (un disquera que se caracteriza por dar libertad a sus artistas) y al productor Steve Fisk (que entre otros trabajó con Nirvana, Soundgarden, Screaming Trees, etc) pudo pulirlo y finalmente regalarnos un disco intenso, en donde la emotividad se respira en los más de 70 minutos el cual dura el disco.

Track Listing:


martes, 17 de mayo de 2016

Radiohead - A Moon Shaped Pool (2016)

"And true love waits In haunted attics"



Por primera vez en la historia de Oídos Vírgenes, nuestros dos redactores opinaran del mismo disco:

LesterStone

Después de la desazón que me generó The King of Limbs, que fue un álbum que me pareció desangelado y sin gracia al margen de uno que otro pasaje decente logrado a base de puro oficio (y que luego de aquel 2011 sigo sin volver a revisar, aunque igual no creo que mejore mucho en mi cánon personal), el leer que Radiohead tenía material nuevo para ofrecer en este 2016 era algo que ya no me generaba demasiada expectativa. Y no porque pensara que no podían mejorar luego de aquel bache, sino porque en general sus lanzamientos post-Kid A (que supuso en su momento todo un abreojos para mí a un género que no había explorado muy bien hasta entonces como lo era la electrónica) no han hecho demasiado click conmigo, aun reconociendo la solidez lograda en trabajos como Hail to The Thief (2003) e In Rainbows (2007), en los que sin embargo echo en falta lo primero que atrapó mi atención con respecto al grupo: su particular uso de las guitarras, mostrado de excelente forma en el siglo pasado. En todo caso, la asimilación que hace Radiohead de la tecnología e influencias nuevas y el no temerle a probar con texturas y sonidos de vanguardia son parte de lo que definió la obra del conjunto británico en este nuevo milenio, aunque este flamante A Moon Shaped Pool parece ser más bien un resumen de dicha estética, no proponiendo nada muy novedoso con respecto a lo que ya se les conocía, pero haciendo énfasis en algo que fue -a mi gusto- su talón de aquiles en The King of Limbs: las canciones. Las composiciones (la mayoría de las cuales ya eran conocidas al haber sido tocadas en directo en los últimos años) y los trabajadísimos arreglos y atmósferas que el grupo crea en torno a ellas van siempre al mismo nivel, no lo segundo devorando a lo primero como sucedió en el disco anterior: sustancia y estilo al mismo tiempo. Acá hacen uso de la electrónica como un elemento aún principal y ya indesligable de su impronta, pero a ello le suman el carácter orgánico que poseen las guitarras eléctricas y acústicas, una base rítmica sutil y precisa, brillantes arreglos de cuerda con los que Jonny Greenwood demuestra estar en un gran momento y ser el genio (no tan) en las sombras del grupo y, por último -hay que reconocer-, una interpretación cálida y humana de Thom Yorke, mucho menos sombría y distante; es en esa mixtura en que radica lo notable de este álbum y las ganas de oírlo repetidas veces que me ha generado, algo que no auguraba hasta hace unas pocas semanas. No creo muy necesario entrar en detalle con respecto a los temas, de eso ya se han encargado las miles de reseñas que han aparecido en estos últimos días y que puedes leer en tus webs y blogs de música favoritos, muchas aparecidas de forma casi inmediata al lanzamiento y que han diseccionado el disco de forma casi quirúrgica, una muestra más del status que Radiohead posee en la actual escena musical. Este texto es basicamente escrito solo con la intención de dejar constancia que A Moon Shaped Pool me devuelve en algo la fe que le había perdido a los de Oxford, sobre todo en lo que respecta a ofrecer canciones memorables y con las que uno puede establecer una conexión emocional, como lo demuestran las hipnóticas "Daydreaming" y "Decks Dark", el bossanova hi-tech de "Present Tense" y la inmensa y remozada "True Love Waits", que cierra el álbum. Con el permiso de In Rainbows, creo que este es su mejor -o más consistente, al menos- desde Kid A.

Dlma97

Hablar de Radiohead para mí es algo especial, no sólo porque se trata de la banda que actualmente más admiro, sino por lo que significa en mi vida, ya que puedo decir que su música ha estado en todas las etapas las cuales he vivido y que un buen número de sus canciones son parte de mi soundtrack personal, Radiohead es una parte de mi vida; sin embargo no quiero que mi subjetividad me gane en esta entrada, trataré de ser objetivo con este su último trabajo titulado ‘A Moon Shaped Pool’.
Para empezar que la banda supo con el factor sorpresa, desde que borraron prácticamente todas su cuentas de redes sociales, y luego empezaron a soltar imágenes de su nuevo video ‘Burn The Witch’, para luego lanzarla, y en lo personal tanto el video como la canción me dejaron satisfecho; luego lanzaron el video de ‘Daydreaming’ dirigido nada más que por Paul Thomas Anderson (director de cine que ya ha trabajado con Jonny Greenwood) y para acabar con el lanzamiento del disco, que como ya te habrás imaginado me ha gustado.
Hay cosas que debo aceptar, es que no hay ‘el gran cambio’ que los fans de Radiohead esperamos; es más el disco sigue tiene algo del ‘In Rainbows’, no obstante estimado lector, no me malinterprete, no estoy diciendo que el disco sea malo, más bien todo lo contrario, ya que no deja de ser sorpresivo, manejando los tiempos y buscando melodías nuevas, no estará a la altura del The Bends, OK Computer o Kid A (a mi gusto sus tres mejores discos), al menos no es tan monótono como el ‘The King Of Limbs’ (tampoco quiero decir que sea un disco malo); y sobre todo ese final grandilocuente con ‘True Love Waits’ que fue la sorpresa más grata que encontré en el disco; sin duda en este álbum encontraremos aproximadamente una hora con melodías sorprendentes y canciones que pronto se convertirán en nuevos clásicos.
En si no sé qué más puedo agregar, más que dejar claro que el disco me ha fascinado, Radiohead lo ha vuelto a hacer, nos ha regalado un nuevo trabajo con melodías fantásticas que nos envuelven en un ambiente tétrico, lleno de arreglos orquestales, como de elementos típicos de la música electrónica; que, mezclados con los típicos instrumentos del rock, nos dan el motor perfecto para iniciar un viaje alucinante.







lunes, 9 de mayo de 2016

Weezer - Weezer (White Album) (2016)

"The California kids 
Will throw you a lifeline"



Weezer es una banda que ya tiene 24 años, es decir es una banda cuajada, siempre guiado por Rivers Cumo, con diez discos en su haber la banda ha sabido moldear y “perfeccionar” su estilo, que se caracteriza por tener un sonido fresco y juvenil, en donde predominan las guitarras herederas del garaje rock, del power pop, del post punk, y sobre todo del surf rock (específicamente de los míticos Beach Boys), su décimo disco autitulado pero para diferenciarlos de los otros muchos lo conocen como el “White Album” (recodemos que Weezer tiene otros tres discos titulados Weezer que se diferencias por el color de su portada y son los siguientes: Blue (1995), Green (2001) y Red (2008) )es un tributo al surf rock, ya que desde la portada la banda nos traslada a la playa, puesto que en las playas de California se va desarrollando este disco que comienza con el sonido de las olas y las gaviotas, y se va desarrollando en un ambiente veraniego y playero, en donde la preocupación no existe y todo se resuelve en una gran fogata nocturna; sin embargo el disco no es sólo un homenaje a los Beach Boys, sino también recuperan el sonido del Pirketon (1996) su segundo disco, que curiosamente este año cumple 20 años de haber sido lanzado, y creo que no han dejado de lado esta oportunidad para rendirse un pequeño tributo (recomiendo oír ‘Do You Wanna Get High’ una canción que tiene un estructura muy similar a que las mayorías del Pirketon) . El disco como ya mencioné es fresco y creo que es una mirada en retrospectiva, tanto a los inicios del power pop, como a una fórmula que ellos ya conocían, creo que este es un disco imprescindible dentro de la discografía de Weezer, y nos dicen que ellos tienen más momentos buenos que regalarnos, sin duda un de la más gratas sorpresas de este año.

Track Listing:

martes, 3 de mayo de 2016

One-Two Punch #1: Cholo Visceral / Nicotina es Primavera

Esta reseña doble (primera vez que intento algo así y creo/espero que habrá más en el futuro) tiene como protagonistas a dos combos instrumentales que lanzaron ó presentaron álbumes durante el mes de abril último y cuyas propuestas -aunque disímiles en forma- se encuentran hermanadas por la experimentación y la búsqueda de posibilidades expresivas: los locales Cholo Visceral y la banda multinacional Nicotina es Primavera. Pero, vamos por partes.


Cholo Visceral es una banda limeña conformada por Arturo Quispe (guitarra, teclado), Israel Tenor (guitarra), Manuel Villavicencio (bajo), Max Vega (saxo), Joao Orosco (batería) y Silvana Tello (theremin, voz) que hace 3 años apareciera en escena con un destacable LP debut autotitulado (Tóxiko Records, 2013) en el que practicaban un prog-rock de raigambre crimsoniana con ribetes psicodélicos, mostrando una dinámica cuyo resultado final estaba basado más en intrincadas estructuras sonoras que en la holgura y libertad del jamming. Luego de eso, la banda se dedicó a tocar en el reducido circuito progre limeño y por el interior de nuestro país, llegando a presentarse en escenarios de Chile y Argentina a finales del 2015, mientras el disco se editaba en vinilo en un sello griego. Un adelanto de lo que sería este nuevo álbum se dio el año pasado, cuando grabaron una sesión para el net-label moqueguano Diamonds and Knives en la que presentaron "Explosión del Misti" y "Cholacos", incluidos ya en versiones definitivas en esta entrega, de la que por su duración (12 y 16 minutos, respectivamente) se constituyen como piezas centrales. Lo que ya mostraban aquellos 2 temas y que el resto del flamante Vol. II se encarga de ratificar, es que CV redobla la ambiciosa propuesta ya esbozada en su álbum debut, con composiciones extensas construidas con tantos cambios de tiempo y giros sorpresivos en su estructura que a veces resulta difícil recordar como han iniciado y que no se sabe como van a culminar: siempre hay un riff de guitarra o bajo que aparece de la nada o pasajes en los que la banda ralentiza o acelera el ataque, con un saxo que cobra un papel protagónico por instantes y con tramos en los que nuevamente citan al funk (p.ej: el sabroso "funky drummer" de "10 años de terror: la dictadura") y al acid-rock, con un groove abigarrado y muscular que no da tregua al oyente como elemento distintivo. A destacar también son los momentos en los que incorporan motivos de música andina ("Muca", "Cholo Visceral"), incluso con un tema de acústico arreglo y vocales femeninos ("Jarjacha") y un final anticlimático y suspensivo a base de piano ("El paso entre las lomas"), que son pequeñas anomalías dentro de su breve obra. Quizá por sus características y tiempo de reproducción este Vol. II sea un álbum de escucha más ardua y asimilación más lenta si lo comparamos a los 36 concisos minutos en los que su antecesor se daba la maña de exhibir todas sus virtudes, pero en todo caso este un recordatorio de que Cholo Visceral no es una banda que le tema al reto de seguir sus instintos psico-progresivos aun con el riesgo de dejar a algunos oyentes fuera en ese proceso de complejizar su sonido. Quien quiera oír, oirá; queda para los interesados. 


Camilo Ángeles es un flautista y compositor peruano radicado en Buenos Aires desde hace unos años que, ya inserto plenamente en la bullente y variopinta escena musical de dicha ciudad, ha formado parte de diversas bandas y proyectos vinculados al jazz-rock y a la improvisación. Una de esas bandas es Sales de Baño (liderada por el bajista colombiano Carlos Quebrada) con la que grabara el interesante Estrangulado el Mundo (2014),  el que incluso vinieron a presentar a Lima a mediados del año pasado. Nicotina es Primavera es una iniciativa formada por el propio Ángeles que también cuenta con Quebrada en el bajo y se completa con Juan Olivera (trompeta), Violeta García (cello), Pía Hernández (piano), Fermín Merlo (vibráfono) y Nicolás del Águila (batería), que funciona como un septeto que le sirve para explorar los a veces incomprendidos terrenos de la vanguardia. Hablar de "vanguardia" en todo caso es relativo si tomamos en cuenta los añejos referentes de los que Ángeles y cía. se valen (Rock In Opposition setentero, avant-jazz y algo de la música académica menos amable) pero que de algún modo hacen funcionar como un mecanismo bien aceitado y operativo en Animal Cerámico, álbum debut del conjunto (editado a nivel local por Buh Records). El disco está compuesto por 3 extensas piezas en las que el ensamble alterna libérrimos pasajes de improvisación desbocada -en la que los sonidos son practicamente arrancados a los instrumentos- con motifs y esquemas propios del avant-progresivo, con influencia de bandas como Henry Cow y Univers Zero, sobre todo por la tensión que van construyendo de a pocos y la irrupción abrupta de pasajes de inspiración jazzera y de cámara, con una pieza central epónima construida a la manera de una suite de 3 partes que llega a los 38 minutos de duración (!). Para quien escribe la escucha de temas como "Humor Humano" (de inquietante inicio y en la que gradualmente se va pasando a pasajes de carácter más free-jazz), el 2do movimiento de "Nicotina es Primavera" (mi favorito, con un inicio atonal de aire schoenbergiano que va mutando a una descarga final casi hard-bopera) y "Enero Suicida" (de apacibles ecos Canterbury, el más melódico de todos) ha sido una experiencia perturbadora y gratificante al mismo tiempo. Entiendo que quizá esto puede saberle a sebo de culebra a quienes no estén habituados y/o le hagan ascos a este tipo de despliegues arty, pero creo que la alternancia que los Nicotina logran entre la abierta experimentación y los momentos en los que se muestra un lado compositivo más estructurado es lograda y hace de Animal Cerámico un remarcable debut que recomiendo a melómanos open-minded y a quienes no le teman a un sacudón auditivo. A mi me ha gustado, que puedo decir. 

LesterStone